Mi nombre es Alba Latre y soy fisioterapeuta y osteópata. Llevo 15 años tratando pacientes y a día de hoy, sigo inmersa en un proceso de aprendizaje constante: practicando y perfeccionando el arte de tratar con las manos.
Me he formado en osteopatía pediátrica; de manera que trato a personas desde su primer día de vida hasta la edad adulta y vejez.
Me apasiona la interrelación entre ciencia y conciencia, entre mecánica y cuántica, materia y energía, onda y partícula. Es por eso que he dedicado buena parte de mis estudios de post-grado a la osteopatía biodinámica y que abordó a mis pacientes desde sus dos realidades: la mecánica y la energética – aunque realmente no exista tal dualidad.
Llevo 10 años tratando en mi propia consulta, además de haber colaborado en varios centros de Barcelona y Guadalupe (Francia).
¡Y mi otro gran trabajo es la maternidad!
Estos son mis estudios:
⁃ Diploma en Fisioterapia (Universitat Internacional de Catalunya UIC 2006-2009)
⁃ Diploma en Osteopatia D.O ( Escola d’Osteopatia de Barcelona EOB 2009-2013)
⁃ Biodynamics in Osteopathy (Traditional osteopathic studies Christian Sullivan D.O 2014-2021)
⁃ Seminari d’osteopatia i obstetrícia (Christian Sandler EOB 2014)
⁃ Post-grau en Osteopatia Pediàtrica (FEOB-IDEC Pompeu Fabra 2014-2015)
⁃ Seminari de manipulacions osteopàtiques (Carlos Ferrari EOB 2015)
⁃ Curs teòrico-pràctic d’osteopatia i clínica (Carme Recassens D.O 2018-2019)
⁃ S.A.T Specific Adjustment Technique (Joan Parera D.O 2018-2019)
⁃ Post-grau en osteopatia pediàtrica amb enfoc biodinàmic (Centre d’osteopatia d’infants CODI (2017-2019)
⁃ Seminari “the relationship between inmunity and the digestive tract” (William Folley D.O 2019)
⁃ Seminari “Phases I-VI” (James Jealous D.O Oregón USA 2019)
⁃ Formació contínua en biodinàmica (Carlos E. Marqués BIOS 2019 hasta actualidad)
Me he formado en osteopatía pediátrica; de manera que trato a personas desde su primer día de vida hasta la edad adulta y vejez.
Me apasiona la interrelación entre ciencia y conciencia, entre mecánica y cuántica, materia y energía, onda y partícula. Es por eso que he dedicado buena parte de mis estudios de postgrado a la osteopatía biodinámica y que abordó a mis pacientes desde sus dos realidades: la mecánica y la energética – aunque realmente no exista tal dualidad.
Llevo 10 años tratando en mi propia consulta, además de haber colaborado en varios centros de Barcelona y Guadalupe (Francia).
¡Y mi otro gran trabajo es la maternidad!
Mi formación es continua y variada para ofrecerte lo mejor en cada tratamiento. Aquí tienes un resumen de mis estudios y cursos realizados:
La osteopatía es una medicina manual. Es una ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud y la enfermedad e implica el arte de ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades a través de un abordaje manual.
Esta ciencia concibe el cuerpo de manera holística -como un todo- y presta especial atención a las interrelaciones biomecánicas, fisiológicas y psico-sociales. El osteópata se preocupa por entender cómo se organiza el organismo para mantener el equilibrio y permanecer saludable. Y su objetivo es ayudarle a conseguirlo. Buscamos comprender y leer las estrategias adaptativas que el paciente está desarrollando frente al elemento o elementos perturbadores que lo desequilibran.
Por eso los osteópatas, aunque el paciente acuda a nuestra consulta por un esguince de tobillo, siempre le vamos a estudiar el cuerpo de forma global; porque quizás hay un bloqueo a nivel cervical que haya generado una compensación en la pelvis, que a su vez, esté llevando al paciente a colocar el pie de cierta manera que propicie las torceduras.
En la primera visita, se realiza la anamnesis: es decir, una serie de preguntas en relación a la salud y la vida del paciente, que permitirán entender y registrar su historia clínica completa. A continuación, se llevará a cabo una exploración manual/mecánica de todo el cuerpo con el fin de discernir dónde están las lesiones más primarias y así proceder a liberarlas.
El objetivo es corregir las disfunciones necesarias para permitir al cuerpo encontrar el equilibrio por sí mismo (homeostasis). Para ello disponemos de gran variedad de técnicas, que van desde ajustes vertebrales de alta velocidad (los famosos ‘cracks’) hasta técnicas suaves de liberación miofascial; siempre adaptadas a la tipología, edad y necesidades del paciente.
La medicina osteopática comprende tres ramas: la estructural, que aborda el esqueleto y todos los tejidos blandos del aparato locomotor -como la musculatura, los ligamentos y las fascias-. La visceral, en la que se trata la movilidad y la motilidad de los órganos y vísceras. Y la cráneo-sacral, que se ocupa de la mecánica de los huesos del cráneo y las membranas o meninges; con sus anclajes por toda la columna hasta el sacro y el coxis.
Por lo tanto desde la osteopatía ayudamos en infinidad de circunstancias: migrañas, acúfenos, problemas mandibulares, otitis de repetición, plagiocefalias, cólicos del lactante, dolores de espalda, pinzamientos de nervios, bronquitis de repetición, ansiedad, problemas digestivos, problemas menstruales, articulares y un largo etcétera.
La biodinámica trabaja sobre el biocampo o campo electromagnético del paciente.
Que TODO es energía es un concepto que está ampliamente demostrado y validado por la ciencia desde principios del siglo XX (investigadores como Stein, Bohr, Srödingger se encargaron de ello) aunque todavía sea un concepto poco integrado y aceptado por la sociedad actual.
Es por ello que para mi, como osteópata, es indispensable abordar a mis pacientes a nivel mecánico y energético para lograr resultados realmente profundos.
En biodinámica partimos del neutro. El neutro es una frecuencia. Un nivel de vibración. A partir de ahí nuestra conciencia u observador interno irá transicionando a un nivel de vibración superior, nombrado en física cuántica como el campo de punto cero o vacío cuántico. Esa frecuencia es el punto de partida de la creación. Desde el vacío, parten el positivo y el negativo, el despliegue de la realidad, que dará lugar a las formas y funciones de nuestro organismo.
Los osteópatas biodinámicos estamos entrenados para conectarnos y reconocer esas frecuencias y permanecer estables ahí. Al ponernos nosotros a “vibrar” en esa frecuencia, inducimos -por resonancia- que el biocampo del paciente entre también en esa vibración. Y en ese vacío, vive lo que nosotros llamamos la matriz, que es la encargada de “dibujarnos” en forma y función. Es la que manda las órdenes a nivel eléctrico y la que proporciona la energía a los distintos campos metabólicos de los distintos sistemas del cuerpo -sistema nervioso, respiratorio, digestivo, etc- haciendo posible su funcionamiento.
En biodinámica, los y las terapeutas tenemos un rol pasivo: no llevamos a cabo ni decidimos cuál será el tratamiento. Nos limitamos a llevar al paciente a dicho vacío; y desde ahí, observamos cómo la inteligencia de la matriz, inherente del organismo, se repara a sí misma.
El cuerpo y la matriz del paciente saben mejor que cualquier terapeuta qué partes del cuerpo necesitan sanar y en qué orden de prioridades hacerlo. Como osteópata biodinámica, es un profundo placer ver cómo el organismo se sana a sí mismo poco a poco, capa por capa.
La biodinámica trabaja sobre el biocampo o campo electromagnético del paciente.
Que TODO es energía es un concepto que está ampliamente demostrado y validado por la ciencia desde principios del siglo XX (investigadores como Stein, Bohr, Srödingger se encargaron de ello) aunque todavía sea un concepto poco integrado y aceptado por la sociedad actual.
Es por ello que para mi, como osteópata, es indispensable abordar a mis pacientes a nivel mecánico y energético para lograr resultados realmente profundos.
En biodinámica partimos del neutro. El neutro es una frecuencia. Un nivel de vibración. A partir de ahí nuestra conciencia u observador interno irá transicionando a un nivel de vibración superior, nombrado en física cuántica como el campo de punto cero o vacío cuántico.
Esa frecuencia es el punto de partida de la creación. Desde el vacío, parten el positivo y el negativo, el despliegue de la realidad, que dará lugar a las formas y funciones de nuestro organismo.
Los osteópatas biodinámicos estamos entrenados para conectarnos y reconocer esas frecuencias y permanecer estables ahí. Al ponernos nosotros a “vibrar” en esa frecuencia, inducimos -por resonancia- que el biocampo del paciente entre también en esa vibración.
Y en ese vacío, vive lo que nosotros llamamos la matriz, que es la encargada de “dibujarnos” en forma y función. Es la que manda las órdenes a nivel eléctrico y la que proporciona la energía a los distintos campos metabólicos de los distintos sistemas del cuerpo -sistema nervioso, respiratorio, digestivo, etc- haciendo posible su funcionamiento.
En biodinámica, los y las terapeutas tenemos un rol pasivo: no llevamos a cabo ni decidimos cuál será el tratamiento. Nos limitamos a llevar al paciente a dicho vacío; y desde ahí, observamos cómo la inteligencia de la matriz, inherente del organismo, se repara a sí misma.
El cuerpo y la matriz del paciente saben mejor que cualquier terapeuta qué partes del cuerpo necesitan sanar y en qué orden de prioridades hacerlo. Como osteópata biodinámica, es un profundo placer ver cómo el organismo se sana a sí mismo poco a poco, capa por capa.
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